Están siendo unos días complicados, pero hay que seguir adelante. Y para eso hay que pensar en qué momento estamos con el Coronacrack y qué podemos esperar.
Tras unas jornadas de bajadas, el pánico terminó por adueñarse de los mercados. Llegaron las bajadas de tipos de interés en Estados Unidos, las promesas de dinero a espuertas en Europa… Pero falta por ver si eso va a ser efectivo.
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Las medidas prometidas no bastarán
Si alguien quiere mi opinión, la adelanto. No bastará, ni mucho menos, con lo que se ha puesto sobre la mesa. Por tanto, me mantengo entre los pesimistas. Esto no ha terminado.
Se puede discutir si es conveniente que se apliquen nuevas medidas de estímulo, que suponen más déficit, más deuda y más relajación presupuestaria. Pero no se puede discutir que quien se ha metido en la boca del lobo es quien empezó con estas formas de atajar las crisis.
El mercado se ha convertido en drogadicto de dinero barato, regalado. Y en esta tanda, la dosis debe ser mayor para hacer efecto. Y mucho cuidado, que en Estados Unidos están en una fase muy incipiente de la alerta sanitaria. Ya veremos lo que hay que poner sobre la mesa cuando la población tenga que quedarse recluida en sus casas y la economía se paralice.
Dos modelos de derrumbe
Pero en realidad, da igual. Lo único que debemos tener en cuenta es que hay dos modelos de salida de una situación como esta y que debemos tenerlos en cuenta. Veamos unos gráficos que nos permitan ponernos en situación:
Primera idea que se me ocurre al ver este gráfico: hay margen de caída. Ya lo creo que hay margen. Desde el punto de vista de la intensidad del coronacrack, no ha llegado aún a la intensidad del Crash de 1987 y mucho menos a la del Crack de 1929.
Atendiendo a la estructura de la caída, el coronacrack se parece mucho más al Crack de 1929 que al Crash de 1987. Pero hay un matiz muy importante para cualquier comparación. El tiempo de caídas en 1929 fue muy superior. En el aspecto temporal se parece más , de momento, al de 1987.
¿Tiene esto alguna importancia? Pues puede que la tenga y puede que no:
En fin, el modelo de recuperación tras el cataclismo es muy distinto. El crack de 1929 fue el comienzo de una crisis sistémica. Cabe recordar que esa crisis fue la que posibilitó la aparición de una nueva teoría económica, el keynesianismo, que puede considerarse la base del capitalismo actual.
¿Hacia una revisión del modelo?
Una de las cosas que está más a debate es la necesidad de reformar profundamente el modelo económico. Puede que para ello se necesite un aldabonazo de la categoría del que sufrimos. El coronacrack ha puesto de manifiesto la debilidad de los cimientos de todo.
La producción se ha parado y el teletrabajo es una quimera. Las tecnologías para hacerlo una realidad total están ahí. Pero la mayoría de las empresas las han despreciado porque en su orden de prioridades no estaban en los primeros lugares. Bastante tenían con no quedarse atrás en competitividad como para preocuparse por el teletrabajo. Era visto como una concesión innecesaria a los trabajadores cuando en realidad es la mejor herramienta de seguridad para muchas empresas.
Y con la economía paralizada, tratar de que el sistema financiero preste a las empresas es poco menos que una quimera. Sin márgenes, sin haberse recuperado realmente de la crisis de 2008 y con más requerimientos de solidez que nunca, no pueden prestar dinero porque la mayor parte de las empresas son ahora mismo insolventes desde el punto de vista del riesgo bancario. Por eso lo de los avales públicos, pero recordemos que los Estados tampoco están demasiado boyantes…
En fin, ya iremos viendo. Pero me temo que estamos ante un punto de inflexión del sistema y que todo va a ser puesto en revisión. Llevo años avisando sobre las pensiones. Son un problema tremendo para el futuro, incluso para el futuro cercano. Pero lo que ahora va a debatirse no es ni siquiera el futuro cercano, sino el rabioso presente.
Cualquier paso en falso se traducirá en mucho sufrimiento. Por tanto, solo cabe dar pasos en la dirección adecuada, si es que alguien sabe cual es esa dirección…
Lo de que los bonos Hygh Yield son un canario en la mina no es cierto. Ahora mismo los Hygh Yield van retrasados con resppecto a los índices. De hecho ni siquiera rebotan porque les queda bastante más de caída que a los índices.
Algunos análisis de Tom McClellan fallan más que una escopeta de feria.
Los bonos High Yield son una buena herramienta, pero los mercados no son minas y por tanto no hay canarios. Si los hubiera, éste servidor solo usaría canarios y no las decenas de indicadores que consulta.
Respecto a la calidad de los análisis de Tom McClellan, pues cada cual analiza el mercado como puede en cada momento.
Tú, por ejemplo, mantienes que los bonos High Yield no rebotan porque les queda más caída que a los índices, lo que es una opinión más que un análisis, aparte de ser discutible.
Puede que aciertes o que no, pero eso no invalida tu trayectoria como analista, si es que la tienes.
Tom McClellan tiene una trayectoria ciertamente respetable; no conozco la tuya.
En cualquier caso, Tom entiende bastante bien el español si es que quieres contrastar tus ideas con las suyas.
Muy buena comparativa con los cracks anteriores, Miguel. En cualquier caso lo que tengo claro es que esta vez la salida será lenta y complicada, pocas opciones de tener una vuelta en V como hasta hace poco se apuntaba. La recuperación, cuando quiera que sea, va a ser muy dura y lo peor, con mucha gente en la cuneta y otros que ya no estarán..
Me temo que el mercado aún no ha descontado todo porque aún no se ha enfrentado a lo peor de esta epidemia.
Y sobre lo de cerrar el mercado hasta que pase la emergencia sanitaria, flipo. Se lo he visto defender a gente que criticaría que no se pudiese sacar dinero del banco mientras no se pueda salir a la calle. Y es exactamente lo mismo: la liquidez es sagrada. Mientras no inventemos la forma de que no sea así, cualquier restricción de la liquidez tiene el mismo resultado que un corralito argentino. Cero.