Sí, el Oscilador McClellan ha cruzado al alza por el cero. Y ya me han hablado dos veces de lo seguro que es que haya divergencias antes de ese cruce. Cuidado.

Cualquier que haya hecho más de dos operaciones en Bolsa a lo largo de su vida sabe que hablar de seguridades en Bolsa es una imbecilidad. Y cualquiera que haya prestado algo de atención a cualquier de mis dos libros (ahora gratuitos por cierto en su versión digital), habrá leído al menos mil veces que «por divergencias no se opera».

Pero mis interlocutores, gente que yo creía experimentada en el uso del Oscilador McClellan y otros indicadores de amplitud, siguen erre que erre. «No hay nada más seguro. La señal es el cruce al alza por el cero, pero si hay divergencias previas, es mejor que mejor».

Lo primero es siempre valorar la situación con el Summation

Me veo, por tanto, obligado a aclarar algunos conceptos. Y el primero es que no se puede coger el rábano por las hojas. Y menos cuando el Summation (que es una suma acumulada de los datos del Oscilador McClellan) está pendiente aún de decirnos si estamos asistiendo a un cambio de tendencia. Porque eso es lo primero que debemos mirar siempre. Hay que preguntar al Summation en qué momento estamos:

El Summation del Nyse ha bajado de -1500 y eso supone que la tendencia alcista está en claro peligro. Para dejar de estarlo, en los rebotes que viviremos, el RASI debería subir por encima del nivel 500. Todo lo que sea volver a caer sin haber logrado este objetivo será mayor indicativo de que la tendencia alcista ha tocado a su fin.

Cuento esto porque precisamente ahora es cuando hay que ser más precavidos. Ahora un error te cuesta doscientos puntos o más en un abrir y cerrar de ojos. Y el dinero cuesta mucho ganarlo. Por tanto, dejémonos de simplificaciones basadas en un indicador y sus divergencias. Si fuera tan sencillo, yo llevaría años aplicando solo eso. Pero no lo es y lo mejor es ver unos ejemplos.

Pondremos primero la divergencia a la que se refieren mis interlocutores:

Divergencias en el Oscilador McClellan

Es claro que los mínimos del indicador son ascendentes mientras los del S&P 500 son descendentes. Y es claro además que tanto el Oscilador McClellan de valores como el de volumen han cruzado por el cero en la sesión del martes. Nada que objetar.

Es exactamente a esto a lo que se han referido mis amigos. Y, por supuesto, me enseñan otros gráficos en los que ha sucedido lo mismo y el resultado ha sido seguir con las alzas. No es difícil encontrar alguno en la tendencia alcista en la que llevamos desde 2009.

Divergencias y señales en la primera caída de 2018

Invariablemente me presentan este gráfico y me subrayan que yo mismo he dicho que en 2010 o 2011 hubo divergencias alcistas antes de la salida al alza del mercado. Y sí, lo he dicho, pero veamos con tranquilidad esos gráficos.

La caída de 2010

Parece claro que hubo una divergencia clarísima antes de la salida al alza, pero hubo dos cortes al alza en el mes de junio que fueron escasamente productivos y se podría hablar también de divergencia previa, muy clara en el caso del Oscilador McClellan de volumen y más matizable en el caso del de valores porque sólo existe si hablamos de datos de cierre del S&P 500.

Por tanto, sí. Hubo divergencia, pero eso no quita para que nos comiéramos dos anteriormente en las que hubiéramos salido trasquilados casi con toda seguridad.

El gran susto de 2011

Exactamente igual. Se produjo una gran divergencia entre el precio del S&P 500 y el Oscilador McClellan. Pero en el primer cruce al alza por el cero, el indicador ya había mostrado divergencias.

Recuerdo bien ese momento. Yo entré en la segunda barra alcista tras el primer mínimo, aunque en aquél momento no estuve guiado por el Oscilador McClellan. Y les prometo que me costó mucho salirme con ganancias. No mereció la pena el sufrimiento, la verdad.

En realidad, volvemos a lo mismo que en 2010. La divergencia necesitó de mucho tiempo para ser definitiva.

El derrumbe de 2015, cuando la tendencia estuvo en peligro

Vemos en la primera caída, en 2016, una salida realmente rara a efectos del Oscilador McClellan. Una divergencia de última vela en el Oscilador de valores que no se produjo en el de volumen, Tiene todas las trazas de vuelta en V y no fue demasiado lejos porque hubo recaída. Curiosamente, en los mínimos de septiembre las divergencias funcionaron al revés. Hubo en el de volumen y no hubo en el de valores. Y en este caso, ni siquiera hubo divergencia de largo plazo porque no hubo nuevo mínimo en el precio…

Y digo yo a los ultradefensores de la divergencia. ¿Qué haces si no la hay? ¿Te quedas mirando? En este caso puede que te saliera bien a largo plazo viendo lo que ocurrió en enero de 2016. Fuerte divergencia en la primera caída y en la recaída, sin nuevo mínimo, al alza durante tres años más…

Recuerdo a la concurrencia que fue a comienzos de 2016 el único momento en el que la tendencia ha estado realmente en peligro, igual que ocurre ahora mismo. Entonces remontó con claridad. Ya veremos qué pasa ahora. En cualquier caso, vamos con otros gráfico curioso.

La gran caída de finales de 2018

Es un buen ejemplo para entender por qué hay que andarse con pies de plomo en estas circunstancias. La primera salida al alza se produjo con una clarísima divergencia en las dos versiones del Oscilador McClellan. Y no sirvió para nada. Es más, el mercado cayó de nuevo y con gran fuerza. Y luego, salida en V, sin advertencia previa. Si necesitas divergencia, te comiste esa señal. Y era la buena…

Sistema, sistema y sistema en lugar de indicadores aislados

Es evidente que todos tendemos a la simplificación, Incluso hay una máxima en el mercado que habla de que lo mejor suele ser lo más simple. Y estoy de acuerdo. Cuando el gráfico se ha completado por la derecha es muy fácil buscar la respuesta más simple. Lo complicado es tomar decisiones con el gráfico tal y como está ahora. Por eso me complico la vida, porque no es fácil.

Por eso sigo limando el sistema que presenté en «Fundamentos de Market Timing para invertir en Bolsa». Porque aunque sé que no hay ningún sistema que no falle, no estamos aquí para perder dinero. Y ya me hizo caer en una trampa hace bien poco. Espero que no haya dos trampas, pero sigo con pies de plomo.