La amplitud de mercado es un método de análisis bursátil basado en la cantidad de valores que suben y bajan, generalmente en un mercado. Así de simple y así de complejo.

Llevo muchos años hablando de amplitud de mercado y de market timing. Incluso he escrito dos libros sobre el asunto. Cuando comencé en esto pensé que mucha gente querría información sobre un método ganador en Bolsa. Pero poco a poco me di cuenta de que hay dos cosas fundamentales que juegan en contra.

  • Formación.- Si uno ya está en el mercado, es consciente de que sin formación no va a ir demasiado lejos, pero para quien no está en el mercado el esfuerzo de formación es la barrera fundamental para mover su dinero. Los bancos ganan cientos de millones de euros gracias a quienes no se esfuerzan en aprender a sacar rentabilidad por su dinero. Para quienes ya están tomando las riendas de su dinero, la amplitud de mercado les va a ayudar en cualquier análisis que haga. Lo mejorará porque podrá integrar el «timing» del mercado en su operativa. Para quienes siguen con el dinero en el banco, pues allá ellos. Como decía aquella famosa cuña de radio, «los bancos te necesitan».
  • Datos.- Al esfuerzo por formarse se debe añadir en nuestro caso el esfuerzo en la recolección de datos. Tomamos como referencia los datos del mercado americano, donde se publican a diario los valores que suben, bajan y repiten. Y cada mañana hay que acudir a por esos datos para poder procesarlos. Es un esfuerzo de apenas un minuto, pero hay que hacerlo a diario. Afortunadamente, hemos avanzado mucho en esta tarea y actualmente los tenemos en el ordenador ya procesados cada mañana, pero ha sido una labor de años.


Aprendiendo del ejemplo de las tortugas

Total, que la pereza secular del humano medio hace que se cumpla una de las máximas más sorprendentes (y ciertas) que jamás ha expresado nadie sobre el mundo de la Bolsa: «Podrías publicar en las páginas de un periódico las reglas de un sistema para hacerte millonario en Bolsa y nadie las seguiría». Y no lo dijo un cretino. Lo dijo Richard Dennis, creador junto a Bill Eckhardt de uno de los más famosos métodos de trading de la historia: el método de las tortugas.

Porque como también apuntó Dennis, «el secreto es la consistencia y la disciplina. Cualquiera puede crear un sistema de trading rentable pero pocos tienen la suficiente fuerza de voluntad para seguirlo incluso cuando las cosas van mal». Y ya sabemos que cuando las cosas van mal lo que suele hacer casi todo el mundo es buscar otro gurú que le diga otras cosas, y así sucesivamente.


El éxito no se compra; se llega a él con constancia y disciplina

Ya que he utilizado a Richard Dennis para apoyar mis razonamientos, daré un paso más con su trayectoria. Creó 13 «tortugas» y ganaron un pastón 12 de ellas. Una fue expulsada por ser incapaz de mantener la disciplina en las inversiones. Esperó diez años, que era el plazo estipulado, para revelar las reglas del sistema de inversión, pagando claro. Pero ni siquiera las contó bien y sus excompañeros terminaron por revelar gratuitamente las reglas a cambio de que quien ganara dinero con ellas hiciera una donación a una causa benéfica.

Desde entonces, miles de inversores han ganado dinero invirtiendo con el sistema de las tortugas pero muchos más lo han hecho vendiendo «modificaciones mágicas de las reglas». De hecho, hay quien asegura que quienes venden las reglas por un pastón son precisamente quienes no fueron capaces de mantener la disciplina para ganar cantidades muy superiores con ellas.


Amplitud del mercado versus sistemas de inversión

Poco puedo hacer yo en este desierto en el que hay más gente comprando las «modificaciones mágicas» que usando la constancia y la disciplina para ganar dinero. De hecho, tengo estadisticamente comprobado que cada vez que publico algo sobre un sistema de inversión que gana mucho dinero recibo una avalancha de peticiones de cursos. Y pocas de esas peticiones de información prosperan cuando les digo que les tendré cuatro dias, dos horas cada día, explicando los fundamentos de todo lo que desemboca en el sistema y que solo en el quinto día dedicaré algo de tiempo al mismo.

No. La gente quiere el sistema, las señales del sistema. Y las quiere ya. Le interesa muy poco la amplitud del mercado en la que se fundamentan todos mis sistemas algorítmicos de inversión. Ni siquiera quieren ese conocimiento para poder ser críticos con las cifras o las formas que tenemos de explotar el sistema. De la avalancha inicial suelen quedar tres o cuatro que hacen el curso. Y al final quedan más contentos con el conocimiento que han adquirido que con los sistemas. Mucho mejor así, porque no admito más de cuatro alumnos por curso…

A lo que iba. Lo que trato de transmitir es que el conocimiento global de la amplitud del mercado es mucho más potente que un simple sistema. El mejor de mis sistemas tardará unos meses en dejar de ser el mejor precisamente porque indagando en la amplitud del mercado seremos capaces de mejorarlo. Cada sistema es una anécdota. Lo realmente importante es lo que sustenta a cada sistema.


Volveremos a la amplitud del mercado básica

En mis dos libros he procurado dejar muy claro desde el principio que un sistema de inversión debe ser entendido por quien invierte con él. Y ahora voy algo más allá: debe ser entendido al dedillo. Obviamente, esto habla por sí mismo de lo que opino de entregar el dinero a otros para que lo inviertan por nosotros. La mayor parte de los fondos de inversión no logran ganar a su índice de referencia, pero cada cual es muy dueño de tirar su dinero por donde quiera. Y, por supuesto, no tengo una opinión mucho mejor sobre los «vendeseñales» que ocultan la base de sus sistemas hasta a sus propios clientes. Pero, como en el caso anterior, ya somos todos mayorcitos para saber en quien confiamos y por qué. Eso sí, luego nada de quejarse.

Por tanto, vamos a volver a comenzar por el principio desde ahora. Volveremos a la base. Y la base es entender cómo funciona en realidad el mercado y cómo desde la amplitud del mercado podemos detectar esos matices que delimitan la fina línea que separa el éxito del desastre. Y todo a base de contar cada día los valores que suben y bajan y el volumen al alza y a la baja en un mercado. Veremos cómo usar estos datos y cómo analizar con ellos la situación. Porque con ello cualquiera puede confeccionar un buen sistema de inversión pero el camino no se puede recorrer al revés.

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